Por Arturo Julián Santiago Cede Oaxaca, Oaxaca.
LOS PRINCIPIOS DIDACTICOS
En el acto tan importante al que llamamos proceso de enseñanza-aprendizaje, se da una comunicación un tanto tradicional entre el maestro y el alumno, la interacción es un tanto limitada en el sentido de que la enseñanza la lleva a cabo una persona mientras que el aprendizaje ocurre en otra.
El vínculo entre ambas y dependiendo de la forma en que se establece dicha comunicación, así es la calidad del aprendizaje que se da en los educandos, es crucial la forma en que se lleva a cabo dicho proceso, en ese sentido me voy a referir sobre la didáctica, concebida como el arte de enseñar y aprender, es decir ¿cómo enseñamos los profesores y como aprenden nuestros alumnos?
Una de las respuestas a la pregunta es que todos conocemos algo, enseñamos algo, toda actividad que el docente realiza está basado en la filosofía, sociología, psicología, etc. El conocimiento parte de la experiencia de cada docente, ya sea de la practica misma o de los cursos impartidos por los ATPs, colectivos escolares o de un especialista, sabemos que partimos de un diagnóstico inicial de los alumnos, consideramos el contexto, nivel de aprendizaje de los alumnos, las características personales, la metodología de trabajo, estrategias , técnicas y dinámicas, sin embargo se limita solo en la enseñanza de contendidos oficiales y se reduce en el aprendizaje y desarrollo integral de la personalidad de nuestros alumnos, la participación de los alumnos entonces será de vital importancia en la planeación de las actividades y también de los padres de familia.
Entonces el arte de enseñar y de aprender le faltan conocimientos que orienten de la mejor manera el quehacer docente hacia los objetivos propuestos. Por tal razón “hoy en día se deben considerar los principios didácticos como aquellas regularidades esenciales que rigen el enseñar y el aprender (por ello no deben solo denominarse como principios para la enseñanza, sino que deben incluir al alumno), que permiten al personalidad de las alumnas y alumnos, considerando sus estilos de educador dirigir científicamente el desarrollo integral de la aprendizaje, en medios propicios para la comunicación y la socialización, en los que el marcos del salón de clases se extienda en un continuo al entorno, a la familia, la comunidad y la sociedad en general”.(Silverstein 2001).
En este sentido los docentes debemos de enfocar nuestro trabajo hacia una enseñanza más humana y motivadora para que los alumnos logren desarrollar su personalidad de manera integral, de acuerdo con (Labarrere, G, Y G. Valdivia. 1988) dice: “Los principios de la enseñanza se presentan como lineamientos prácticos que les permiten transformar la realidad, es decir los principios de la enseñanza son el punto de partida del profesor y tiene una función transformadora”. Tener en cuenta este principio en nuestra labor educativa significa transformar el proceso de enseñanza aprendizaje porque los profesores somos los mediadores de este acto y no son otras personas que tengan las facultades de hacerlo.
Para iniciar con esta práctica desarrolladora, el papel de los propios alumnos en su propio aprendizaje es definitivo, (Silvestre y zilberstein 2001), recomiendan para una enseñanza y aprendizaje desarrolladores los siguientes aspectos: diagnóstico integral de los alumnos, la búsqueda activa del conocimiento por el alumno, concebir un sistema de actividades para la búsqueda y exploración del conocimiento por el alumno desde posiciones reflexivas, motivar y desarrollar la necesidad de aprender y de entrenarse en cómo hacerlo, estimular la formación de conceptos y el desarrollo de los procesos lógicos de pensamiento y el alcance del nivel teórico, capacidad de resolver problemas, lograr la adecuada interacción de lo individual con lo colectivo en el proceso de aprendizaje, atender las diferencias individuales en el desarrollo de los escolares y vincular el contenido de aprendizaje con la práctica social y estimular la valoración por el alumno en el plano educativo.
LOS PRINCIPIOS DIDACTICOS
En el acto tan importante al que llamamos proceso de enseñanza-aprendizaje, se da una comunicación un tanto tradicional entre el maestro y el alumno, la interacción es un tanto limitada en el sentido de que la enseñanza la lleva a cabo una persona mientras que el aprendizaje ocurre en otra.
El vínculo entre ambas y dependiendo de la forma en que se establece dicha comunicación, así es la calidad del aprendizaje que se da en los educandos, es crucial la forma en que se lleva a cabo dicho proceso, en ese sentido me voy a referir sobre la didáctica, concebida como el arte de enseñar y aprender, es decir ¿cómo enseñamos los profesores y como aprenden nuestros alumnos?
Una de las respuestas a la pregunta es que todos conocemos algo, enseñamos algo, toda actividad que el docente realiza está basado en la filosofía, sociología, psicología, etc. El conocimiento parte de la experiencia de cada docente, ya sea de la practica misma o de los cursos impartidos por los ATPs, colectivos escolares o de un especialista, sabemos que partimos de un diagnóstico inicial de los alumnos, consideramos el contexto, nivel de aprendizaje de los alumnos, las características personales, la metodología de trabajo, estrategias , técnicas y dinámicas, sin embargo se limita solo en la enseñanza de contendidos oficiales y se reduce en el aprendizaje y desarrollo integral de la personalidad de nuestros alumnos, la participación de los alumnos entonces será de vital importancia en la planeación de las actividades y también de los padres de familia.
Entonces el arte de enseñar y de aprender le faltan conocimientos que orienten de la mejor manera el quehacer docente hacia los objetivos propuestos. Por tal razón “hoy en día se deben considerar los principios didácticos como aquellas regularidades esenciales que rigen el enseñar y el aprender (por ello no deben solo denominarse como principios para la enseñanza, sino que deben incluir al alumno), que permiten al personalidad de las alumnas y alumnos, considerando sus estilos de educador dirigir científicamente el desarrollo integral de la aprendizaje, en medios propicios para la comunicación y la socialización, en los que el marcos del salón de clases se extienda en un continuo al entorno, a la familia, la comunidad y la sociedad en general”.(Silverstein 2001).
En este sentido los docentes debemos de enfocar nuestro trabajo hacia una enseñanza más humana y motivadora para que los alumnos logren desarrollar su personalidad de manera integral, de acuerdo con (Labarrere, G, Y G. Valdivia. 1988) dice: “Los principios de la enseñanza se presentan como lineamientos prácticos que les permiten transformar la realidad, es decir los principios de la enseñanza son el punto de partida del profesor y tiene una función transformadora”. Tener en cuenta este principio en nuestra labor educativa significa transformar el proceso de enseñanza aprendizaje porque los profesores somos los mediadores de este acto y no son otras personas que tengan las facultades de hacerlo.
Para iniciar con esta práctica desarrolladora, el papel de los propios alumnos en su propio aprendizaje es definitivo, (Silvestre y zilberstein 2001), recomiendan para una enseñanza y aprendizaje desarrolladores los siguientes aspectos: diagnóstico integral de los alumnos, la búsqueda activa del conocimiento por el alumno, concebir un sistema de actividades para la búsqueda y exploración del conocimiento por el alumno desde posiciones reflexivas, motivar y desarrollar la necesidad de aprender y de entrenarse en cómo hacerlo, estimular la formación de conceptos y el desarrollo de los procesos lógicos de pensamiento y el alcance del nivel teórico, capacidad de resolver problemas, lograr la adecuada interacción de lo individual con lo colectivo en el proceso de aprendizaje, atender las diferencias individuales en el desarrollo de los escolares y vincular el contenido de aprendizaje con la práctica social y estimular la valoración por el alumno en el plano educativo.
